Capítulo XIV

26.11.2011 19:43

Capítulo XIV

LAS ACTIVIDADES EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE

En este tema tratamos de delimitar las actividades que mejor capacitan como profesional psicopedagógico para facilitar el trabajo docente y discente y también justificamos el conjunto de las tareas que los estudiantes han de ejecutar para el logro de una formación creadora y empático-colaborativa.

Las actividades se concretan en un conjunto de ejercicios que posibilitan al estudiante comprender y aplicar los conceptos, procedimientos, actitudes y formas de trabajar el saber y los modos de relación, mediante los cuales da respuesta a los continuos retos de su formación.

La cultura del aula se hace patente en los valores, los estilos de convivencia, los hábitos y los principales cambios, hechos realidad en los aspectos de afirmación y realización de las tareas que asume cada estudiante, quien ha de interiorizar su proceso de aprendizaje construyéndolo desde su iniciativa y autonomía, en colaboración con los compañeros y el profesorado.

La tarea del docente es diseñar los escenarios más creativos y participativos que promuevan la colaboración entre todos los estudiantes en un nuevo espacio de satisfacción mutua, de avance personal y grupal, de consolidación del significado del aula desde una cultura propia.

Los referentes de la adaptación de las actividades son:

  • Los estudiantes del aula, cada equipo y cada estudiante.
  • La especificidad del método.
  • Las exigencias culturales expresas.

El docente propone actividades para los estudiantes en función de lo aprendido.

Entre algunas de las actividades que se han planteado en coherencia con los métodos destacamos:

  • Diálogo entre los estudiantes como preguntas, observaciones, nuevos planteamientos, etc.
  • Tareas específicas como solicitud de aclaración de aspectos, reconocimiento de pistas de conceptos principales, etc.
  • Estructuración personal y reelaboración de esquemas y mapas conceptuales.
  • Comentarios personales y en equipo.
  • Ejercicios de desarrollo de alguno de los núcleos esenciales como son el trabajo individual y en equipo, lectura y análisis crítico de alguna obra complementaria, etc.
  • Transferir la idea central a nuevas situaciones y estimar la capacidad de proyección.
  • Descubrir nuevos caminos, trabajando individualmente y en equipo.
  • Identificar situaciones similares en espacios nuevos, que evidencien la capacidad de aplicación de lo aprendido.

La tipología de las tareas ha de tener en cuenta las características y el ecosistema envolvente de cada estudiante y el sentido formativo profundo que ha de caracterizar cada tarea, su proyecto y el Plan de acción que de ellas se espera.

La tipología de las actividades tiene su referente en la organización y secuenciación, procurando atender a los principios de variabilidad, redundancia, complementariedad y complejidad, sirviendo a cada estudiante para avanzar desde la orientación a la comprobación, concentrándose en la evaluación, como base de la innovación.

El modelo de enseñanza se concreta en una gama particular de tareas que tienen un significado determinado.

El docente ha de superar la improvisación para que las actividades se diseñen y realicen adecuadamente y es necesario encontrar las claves para suscitar la espontaneidad y la ilusión de los niños y niñas en la participación y desarrollo de las tareas.

Los problemas, núcleo de las actividades formativas: Representatividad y mejora del aprendizaje indagador.

La enseñanza por problemas, se ha de desarrollar en algunas de las siguientes fases:

  • Toma de conciencia de la imposibilidad de resolver el problema por el propio equipo.
  • Necesidad de organizar los datos básicos del problema y presentarlos con la mayor claridad posible al resto de los estudiantes.
  • Explicitación y redacción clara del problema, para tomar decisiones que contribuyan a su solución.
  • Diálogo con los colegas y aportación de soluciones en el marco de la clase.
  • Selección y reelaboración de las más relevantes ideas y soluciones.
  • Estimación de la realidad de los hallazgos para dar nuevas soluciones al problema.
  • Redacción de la solución más innovadora, valorar su impacto y mejora de alguna necesidad formal o comunitaria.

Aprender de los errores.

Los errores son procesos de búsqueda de soluciones, llevadas a cabo con esfuerzo y satisfacción en el aprendizaje sin obtener unos resultados correctos.

Una didáctica anticipadora y adaptadora del error para aprender satisfactoriamente de él, se basa en un proceso de enseñanza-aprendizaje creativo y anticipador de ellos, valorando las principales dificultades y logros que se desea que alcancen los estudiantes.

El clima del aula, se va afianzando como síntesis de los modos creadores de saber y de los procesos formadores de vida.

El avance del saber se hace realidad en la tipología y sistematización de las tareas que se llevan a cabo en el centro y singularmente en cada aula, convirtiendo cada tarea en la más explícita y relacional toma de decisión, afianzando las ideas y promoviendo las concepciones, más acordes con la instrucción formativa, dando respuesta a los estilos precisos de aprender las personas y los grupos humanos.

El modo de dar respuesta a la construcción del saber cultural y a la transformación del conocimiento científico - artístico - tecnológico explícita un espacio formativo característicos  y promueve un tipo de clima.

La cultura académica sirve de base para el asesoramiento a los docentes y estudiantes, dado que tiene un especial significado en el marco y sentido de las tareas a realizar y en ellas se focaliza el apoyo a la autonomía, colaboración y capacitación integral de cada estudiante.

La complejidad creciente y el avance en la comprensión de las tareas ha de tener muy en cuenta la armonía entre el principio de redundancia o aprendizaje cíclico y la evolución empática, que conlleva a asumir con las otras personas las ideas y propuestas más relevantes de la acción comunicativa en la generación del saber y en la configuración de los estilos de enseñanza.