Los chicos del coro

La película empieza ubicada en E.E.U.U. Un director, parece que de gran prestigio, da un concierto y recibe la noticia de la muerte de su madre. Más tarde un desconocido llega con un libro y una fotografía. En ese momento se produce un flashback que nos transporta a la Francia de los años 40.

En 1949, Clément Mathieu, profesor de música en paro, empieza a trabajar como vigilante en un internado de reeducación de menores.

El internado está dirigido por un director, Rachin, que es bastante represivo y no consigue mantener la autoridad sobre los alumnos más difíciles.

Cuando el profesor Mathieu llega al correccional, se encuentra con unos alumnos desmotivados, con el único afán de hacerse notar y de hacer travesuras y malicias, por lo que eran castigados encerrándolos en una habitación.

Mathieu siente una íntima rebeldía ante los métodos de Rachin y una mezcla de desconcierto y compasión por los chicos. En sus esfuerzos por acercarse a ellos, descubre que la música atrae el interés de los alumnos y se entrega a la tarea de familiarizarlos con el canto.

Lo que podemos sacar de esta película es que se puede conseguir más de los alumnos usando buenas formas y no sólo usando castigos severos sin tener ningún diálogo.

Todos los alumnos, por pequeños que sean, son diferentes y cado uno de ellos tienen sus características que los distinguen de los demás; nosotros, en nuestra labor como personas y como maestros, tenemos que saber y reforzar los aspectos positivos de ellos, e ir obviando los negativos, hasta que desaparezcan en la medida de lo posible.